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http://www.primeraedicionweb.com.ar/nota/impreso/46383/1139/preocupante-las-misioneras-son-reacias-a-las-mamografias.html
2010-08-01 Información General
Preocupante: las misioneras son reacias a las mamografías
Por miedo, falta de conciencia o desconocimiento, pocas mayores de 40 se hacen la mamofragía anual• Las menores de 35 tampoco cumplen con el Papanicolau.
POSADAS. Ser mujer y cumplir años son los dos principales factores de riesgo del cáncer de mama. Las estadísticas mundiales muestran sin margen de dudas que la probabilidad de tener cáncer de mama aumenta con los años: sólo 1 de 233 mujeres de 30 a 39 años tendrá cáncer de mama, 1 cada 69 mujeres de 40 a 49, 1 cada 38 mujeres de 50 a 59 años, 1 cada 27 mujeres de 60 a 69 años, 1 cada 12 mujeres de 69 a 70 años y 1 cada 8 mujeres de 70 a 79 años. Sin embargo, pese a la contundencia de esta realidad, la población femenina del país y de Misiones no incorporó a sus hábitos el control preventivo de la enfermedad: una mamografía anual a partir de los 40 años. “Puede ser una cuestión cultural, falta de concientización… no lo sé. Pero son mayoría las misioneras que no se hacen la mamografía cada año”, lamentó el ginecólogo y especialista en mastología, Carlos Arce, quien el próximo viernes 6 de agosto ofrecerá una charla sobre el tema junto a las mujeres del grupo de autoayuda “Lazos” que darán sus testimonios. La charla es organizada por el Grupo Pro Mujeres y tendrá lugar en la sede del Pro, Avenida Lavalle 4031 de Posadas, a partir de las 18, y está dirigida a las mujeres en general.
Pocas acuden al control periódico “Menos del 30% de las afiliadas a la obra social provincial retiran las chequeras para hacerse los controles ginecológicos sin pagar co-seguro; algunas retiran las chequeras y las terminan guardando en sus casas. También es importante la cantidad de mujeres que no retiran sus estudios”, contó la presidente del Grupo Lazos, Raquel Fernández. ¿Qué pasa que las mujeres no se cuidan? Cuestión cultural, falta de educación, ausencia de campañas estatales, falta de acceso a la salud o simplemente miedo a enfrentarse a la idea misma del cáncer. “Todo tiene que ver, las mujeres mayores de 50 son más responsables, tienen más tiempo porque los hijos ya son más grandes… pero, en el caso del cáncer de cuello de útero, ataca más a las de 35 y muchas de ellas no tienen acceso a la información, les falta tiempo y es muy recurrente que ponen encima de su salud a sus hijos, su trabajo y su casa”, señaló Arce. Aunque no hay estadísticas al respecto, el médico estimó que “si hoy hiciéramos una encuesta en Posadas, nos encontraríamos con un porcentaje muy bajo de mujeres de 50 años que se hicieron al menos una mamografía y un porcentaje todavía mucho más reducido de mujeres de 25 a 35 años que tengan hecho al menos un papanicolau. Esta problemática se agudiza más en zonas rurales y en sectores sociales pobres”.
Cuándo hacerse el estudioEl estudio de Papanicolau (PAP) permite detectar en etapas muy iniciales el cáncer de cuello uterino. La comunidad médica coincide en que, sea cual sea su edad, las mujeres deben hacerse su primer Papanicolaou al año de haber tenido su primera relación sexual y, desde entonces, una vez al año. En cuanto a la mamografía, no hay coincidencia entre los médicos ginecólogos sobre a qué edad empezar a realizarse este estudio. Algunos profesionales la recomiendan a partir de los 40 años con una periodicidad de cada dos años hasta cumplir los 50, y otros - en una escuela más reciente- recién a partir los 50 años y en forma anual. La mamografía permite detectar un nódulo alrededor de tres años antes que llegue al centímetro de tamaño y pueda ser palpado clínicamente en un examen de mama. “La mujer debe ir a su ginecólogo periódicamente y éste además de hacerle un Papanicolau debe examinarle las mamas, en las más jovencitas (de 20 a 40 años) este examen es tan útil como el estudio mamográfico porque son mamas difíciles de ver mediante la mamografía”, señaló Arce. Paso a pasoLa detección de un nódulo en el pecho no debe interpretarse como sinónimo de cáncer de mama. “Las cosas deben hacerse paso a paso, a veces ya se quiere hablar de quimioterapia cuando ni siquiera se tiene la certeza del diagnóstico de cáncer de mama. Tanta información en una primera consulta con el médico puede generar espanto en la paciente”, analizó Arce. Por otra parte, al ser consultado sobre el nivel alcanzado en la provincia en el tratamiento del cáncer, el especialista admitió que del trípode terapéutico (cirugía, radioterapia y oncología), “contamos en cirugía con el mismo nivel de excelencia que en otros puntos del país, aunque es cierto que no tenemos la misma infraestructura. En cuanto a la radioterapia, en Posadas disponemos un aparato con la misma eficacia que en otros centros especializados pero que, por ser una bomba de cobalto 60 de mucho tiempo atrás, genera irradiaciones secundarias. Ya llegaron al país aparatos de radioterapia de intensidad modulada que tienen una irradiación secundaria casi inexistente. En Misiones no lo tenemos aún porque estos aparatos son impresionantemente caros”, detalló.
Centralización Otro grave problema sanitario y social sin resolver en la provincia es el tratamiento con radioterapia de las pacientes del interior que no tienen más remedio que trasladarse a Posadas y vivir fuera de sus hogares de lunes a viernes, mientras se desarrolla la etapa más dura de su tratamiento oncológico. No ocurre lo mismo con el tratamiento de quimioterapia.
Un sentimiento en común: el miedoEl miedo al cáncer paraliza a muchas mujeres, independientemente de su nivel de instrucción educativa. Según recordó Nidia García, del Grupo Lazos, “una chica -licenciada en Genética- sentía un bulto en su mama desde hacía tres años y fue al grupo a consultarnos qué podía hacer porque tenía miedo que fuera cáncer de mama. Por supuesto, la mandamos inmediatamente al médico”. También recordó el caso de una señora que se había hecho una punción en el nódulo y tenía guardado el resultado de la biopsia porque tenía miedo al diagnóstico. “Acudió al Grupo Lazos a preguntarnos cómo se sentía el cáncer de mama. Me acuerdo que hablamos mucho con ella para convencerla que fuera a su médico; cosa que hizo finalmente y el profesional le dijo que no tenía nada. Ella había pasado días de mucha angustia imaginándose con la enfermedad y todo lo que debía pasar para su tratamiento”. Las mujeres que integran el Grupo Lazos pasaron etapas similares: miedo ante el diagnóstico, tratamientos difíciles y la voluntad actual de ayudar desde la experiencia a prevenir el cáncer y acompañar a otras mujeres con esta enfermedad. Miedo a la mastectomía Otro gran temor para la mayoría de las mujeres con cáncer de mama es la pérdida de la mama. Al respecto, según indicó Arce, “la mastectomía (extracción de una o las dos mamas) es sufrida en forma muy profunda por las mujeres”. Según precisó, en la actualidad, la reconstrucción inmediata es indicada en la mayoría de los casos por lo que lamentó las dificultades que deben superar las pacientes para lograr la cobertura de las obras sociales. “Las obras sociales cubren sin mayores inconvenientes las reconstrucciones diferidas, el problema se presenta en la cobertura de las reconstrucciones inmediatas (que se realizan en el mismo acto quirúrgico que la mastectomía) porque no hay que olvidar que todo el tiempo que demora el trámite, la paciente está con el cáncer puesto”.