Este fin de semana se han conocido avances médicos para tres diferentes tipos decáncer. Por un lado, un nuevo tratamiento unidosis para las enfermas de cáncer de mama, que podría sustituir a los tratamientos de larga duración con quimioterapia.
Con esta nueva técnica, los médicos emplean una máquina de radioterapia móvil que puede insertarse dentro del pecho para localizar el lugar exacto afectado por el cáncer, en el que aplican una sola dosis de radiación.
“LAZOS”,ES UN GRUPO DE AYUDA Y ACOMPAÑAMIENTO A MUJERES CON CÁNCER DE MAMA. Es una organización que nació como iniciativa de un grupo de mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, que vieron la necesidad de agruparse para compartir sus experiencias y vivencias entre ellas, con el propósito de mejorar su calidad de vida y su condición de salud.
sábado, 12 de junio de 2010
LECHE DE VACA Y CANCER DE MAMA
Hace ya un tiempo, un miembro de mi familia cercana que permanecerá en el economato me envió un e-mail proveniente del reenvío del reenvío del reenvío de un reenvío que se pierde en el origen de los tiempos con un archivo de Power Point adjunto. El asunto del mensaje era ¿Por qué en China no hay cáncer de mama? (he quitado las mayúsculas y los Fwd: varios) y el nombre del adjunto un bello no-leche-de-vaca.pps.
Para que todos tengamos el mismo material, he dejado el archivo en cuestión en el enlace anterior. Es una presentación de las que lleva música, posiblemente para aumentar el daño producido. Si lo renombran a .ppt no se iniciará automáticamente y podrán saltar entre las diapositivas (o al menos así me ha funcionado a mí con OpenOffice.org).
La chicha empieza en la tercera transparencia. Se presenta a una tal «profesora Jane Plant» que «ha sobrevivido a 5 tumores mamarios» –salto a la siguiente transparencia– «cortando todos los lácteos de su dieta alimenticia». En la séptima transparencia se llega a un «Las mujeres chinas no enfermaban de cáncer de mama ni los hombres desarrollaban tumores prostáticos porque son incapaces de tolerar la leche y, por tanto, no la toman». A partir de ahí, se cuenta que la buena mujer dejó de tomar leche y derivados y en seis semanas el tumor había desaparecido. La transparencia 17 debería hacer saltar todas las alarmas con esa primera mitad conspirativa.
Efectivamente, existe una Jane Plant que es autora de varios libros:
Your Life In Your Hands: Understanding, Preventing, and Overcoming Breast Cancer.
The No-Dairy Breast Cancer Prevention Program: How One Scientist’s Discovery Helped Her Defeat Her Cancer.
Notar que hay dos afirmaciones distintas en todo este asunto:
Un cáncer en progreso puede detenerse dejando de tomar leche de vaca.
El consumo de lácteos es un factor de riesgo a la hora de desarrollar cáncer de mama.
Del primer punto no voy a hablar. Como dijo David Hume:
Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.
Y esas pruebas no las tenemos. Por lo tanto me voy a centrar en el segundo punto, que además parece alimentar una serie de páginas web (ejemplo) que repiten este tipo de información.
En un principio hice una pequeña serie de búsquedas en PubMed, un buscador de artículos en la literatura científica médica, pero encontré poca cosa. Así que llamé a mis dos médicos de cabecera: el doctor EC-JPR y la doctora Sophie. Y ahí ya empezaron a aparecer cosas.
Por una parte, está este estudio: Meat, eggs, dairy products, and risk of breast cancer in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC) cohort, publicado en la American Journal of clinical nutrition. Pego la parte relevante del resumen:
CONCLUSIONS: We have not consistently identified intakes of meat, eggs, or dairy products as risk factors for breast cancer. Future studies should investigate the possible role of high-temperature cooking in the relation of red meat intake with breast cancer risk.
(CONCLUSIONES: no hemos identificado de forma consistente que las ingestas de carne, huevos o productos lácteos sean factores de riesgo para el cáncer de mama. Estudios futuros deberían investigar el posible papel de la cocción a altas temperaturas en relación al consumo de carnes rojas y el riesgo de cáncer de mama).
Eso es un solo artículo. Buscando un poco más aparece lo siguiente: Dairy Product Consumption and the Risk of Breast Cancer, publicado en el Journal of the American College of Nutrition. Este trabajo analiza varios estudios (es una revisión) y concluye que:
Evidence from more than 40 case-control studies and 12 cohort studies does not support an association between dairy product consumption and the risk of breast cancer.
(Las pruebas de más de 40 estudios de casos control y 12 estudios de cohortes no apoyan una asociación entre el consumo de lácteos y el riesgo de desarrollar cáncer de mama.)
Es más: el mismo resumen del artículo apunta a varios elementos contenidos en la leche de vaca que potencialmente pueden prevenir ese tipo de cáncer, como son calcio, ácido butírico y vitamina D. Es más: el consumo de leche de vaca es ahora mismo la principal fuente de esta vitamina en Estados Unidos. Otro estudio algo antiguo, de 1989, concluye que el consumo de lácteos fermentados puede proteger precisamente contra el cáncer de mama. Si antiguamente en China la incidencia de algunos tipos de cáncer era menor que en el mundo industrializado, puede pensarse (y con razones) que un factor importante es la dieta en su conjunto, pero achacar todos los males a un único alimento es, a la luz de las pruebas, erróneo.
Y una sola cosa más: disuelvan el Cola-Cao en leche entera. Acabo de descubrir que si se hace en leche semidesnatada sabe a polvos.
Esta entrada fue publicada por RinzeWind el 11/06/2010 a las 12:24, archivada en Ciencia, Escepticismo
Para que todos tengamos el mismo material, he dejado el archivo en cuestión en el enlace anterior. Es una presentación de las que lleva música, posiblemente para aumentar el daño producido. Si lo renombran a .ppt no se iniciará automáticamente y podrán saltar entre las diapositivas (o al menos así me ha funcionado a mí con OpenOffice.org).
La chicha empieza en la tercera transparencia. Se presenta a una tal «profesora Jane Plant» que «ha sobrevivido a 5 tumores mamarios» –salto a la siguiente transparencia– «cortando todos los lácteos de su dieta alimenticia». En la séptima transparencia se llega a un «Las mujeres chinas no enfermaban de cáncer de mama ni los hombres desarrollaban tumores prostáticos porque son incapaces de tolerar la leche y, por tanto, no la toman». A partir de ahí, se cuenta que la buena mujer dejó de tomar leche y derivados y en seis semanas el tumor había desaparecido. La transparencia 17 debería hacer saltar todas las alarmas con esa primera mitad conspirativa.
Efectivamente, existe una Jane Plant que es autora de varios libros:
Your Life In Your Hands: Understanding, Preventing, and Overcoming Breast Cancer.
The No-Dairy Breast Cancer Prevention Program: How One Scientist’s Discovery Helped Her Defeat Her Cancer.
Notar que hay dos afirmaciones distintas en todo este asunto:
Un cáncer en progreso puede detenerse dejando de tomar leche de vaca.
El consumo de lácteos es un factor de riesgo a la hora de desarrollar cáncer de mama.
Del primer punto no voy a hablar. Como dijo David Hume:
Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.
Y esas pruebas no las tenemos. Por lo tanto me voy a centrar en el segundo punto, que además parece alimentar una serie de páginas web (ejemplo) que repiten este tipo de información.
En un principio hice una pequeña serie de búsquedas en PubMed, un buscador de artículos en la literatura científica médica, pero encontré poca cosa. Así que llamé a mis dos médicos de cabecera: el doctor EC-JPR y la doctora Sophie. Y ahí ya empezaron a aparecer cosas.
Por una parte, está este estudio: Meat, eggs, dairy products, and risk of breast cancer in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC) cohort, publicado en la American Journal of clinical nutrition. Pego la parte relevante del resumen:
CONCLUSIONS: We have not consistently identified intakes of meat, eggs, or dairy products as risk factors for breast cancer. Future studies should investigate the possible role of high-temperature cooking in the relation of red meat intake with breast cancer risk.
(CONCLUSIONES: no hemos identificado de forma consistente que las ingestas de carne, huevos o productos lácteos sean factores de riesgo para el cáncer de mama. Estudios futuros deberían investigar el posible papel de la cocción a altas temperaturas en relación al consumo de carnes rojas y el riesgo de cáncer de mama).
Eso es un solo artículo. Buscando un poco más aparece lo siguiente: Dairy Product Consumption and the Risk of Breast Cancer, publicado en el Journal of the American College of Nutrition. Este trabajo analiza varios estudios (es una revisión) y concluye que:
Evidence from more than 40 case-control studies and 12 cohort studies does not support an association between dairy product consumption and the risk of breast cancer.
(Las pruebas de más de 40 estudios de casos control y 12 estudios de cohortes no apoyan una asociación entre el consumo de lácteos y el riesgo de desarrollar cáncer de mama.)
Es más: el mismo resumen del artículo apunta a varios elementos contenidos en la leche de vaca que potencialmente pueden prevenir ese tipo de cáncer, como son calcio, ácido butírico y vitamina D. Es más: el consumo de leche de vaca es ahora mismo la principal fuente de esta vitamina en Estados Unidos. Otro estudio algo antiguo, de 1989, concluye que el consumo de lácteos fermentados puede proteger precisamente contra el cáncer de mama. Si antiguamente en China la incidencia de algunos tipos de cáncer era menor que en el mundo industrializado, puede pensarse (y con razones) que un factor importante es la dieta en su conjunto, pero achacar todos los males a un único alimento es, a la luz de las pruebas, erróneo.
Y una sola cosa más: disuelvan el Cola-Cao en leche entera. Acabo de descubrir que si se hace en leche semidesnatada sabe a polvos.
Esta entrada fue publicada por RinzeWind el 11/06/2010 a las 12:24, archivada en Ciencia, Escepticismo
El cáncer del mama es una amenaza real para las mujeres.
El cáncer del mama es una amenaza real para las mujeres. Y todavía tenemos mucho que aprender de él para poder detectarlo a tiempo y controlarlo, antes de que nos cambie la vida. ¿Qué es, cómo se forma y qué tipos de cáncer de mama existen? Sigue leyendo para que te enteres de los detalles de este cáncer y así puedas estar alerta.
¿Quieres saber qué tan real es la amenaza del cáncer de mama para las mujeres? También conocido como cáncer del seno, actualmente es el cáncer que más nos afecta en Estados Unidos, pues 1 de cada 8 mujeres lo desarrollará en el transcurso de su vida. El aprender a conocer tus senos y estar atenta a cualquier señal de alerta, es el paso más importante para evitar que el cáncer de mama se convierta en una amenaza para ti.
Antes de comprender cómo se forma el cáncer de mama, debemos comprender cómo son nuestros senos por dentro. Éstos están compuestos por lóbulos, conductos, tejido conector grasoso, venas y vasos linfáticos. Para alimentar a nuestros bebés cuando somos madres, los lóbulos están compuestos por pequeñas glándulas mamarias (que producen la leche), las cuales están conectadas a conductos que llevan la leche hasta el pezón.
Como cualquier otro cáncer, surge cuando algunas células de tu cuerpo se alteran y empiezan a reproducirse de forma anormal y sin control. Cuando las células cancerosas se empiezan multiplicar dentro de los senos, inicialmente se forman pequeñas protuberancias o tumores que se pueden sentir a través de la piel mediante el tacto. Sin embargo, las protuberancias en los senos no siempre son cancerosas. Existen los tumores o quiste benignos y existen los tumores malignos o cancerosos. ¿Cuál es la diferencia? Mientras los quistes benignos no ponen en riesgo tu vida, los tumores malignos sí pueden ser una amenaza para tu salud y, además, pueden esparcirse a otros tejidos u órganos de tu cuerpo. Cuando descubres algún crecimiento o protuberancia extraño en uno de tus senos, es necesario hacer más estudios. A veces, sólo se puede saber qué tipo de tumor es a través de una biopsia (tomando un pedacito del tejido).
Si en efecto el tumor en tu seno es maligno, es posible que con el tiempo las células cancerosas empiecen a esparcirse a otras partes del cuerpo, ya sea a los tejidos que rodean los senos o a otros órganos del cuerpo. Esto se llama metástasis.
El riesgo de que esto suceda depende del tipo de cáncer que tengas y de dónde se haya empezado a formar. Por ejemplo, cuando hablamos de tipos, un cáncer puede ser in situ, es decir que no invade otros órganos (está en ese lugar solamente), o puede ser invasivo. Y cuando hablamos del lugar donde surge, en la mayoría de los casos el cáncer se desarrolla principalmente en las células que cubren los vasos linfáticos (carcinoma ductal) o en los lóbulos (carcinoma lobular). Aunque en algunas ocasiones, el cáncer también puede desarrollarse en otros tejidos internos del seno o simplemente ser un carcinoma inflamatorio, que no forma ningún tumor sino que son células cancerosas que tapan los vasos linfáticos de la piel.
Cuando el cáncer es invasivo, y especialmente cuando surge en los vasos linfáticos, las posibilidades de que las células cancerosas se esparzan son altas pues pueden llegar a las glándulas linfáticas fácilmente, o pueden entrar al torrente sanguíneo (a la sangre) e invadir otras partes del cuerpo como los huesos, el hígado, los pulmones y/o el cerebro.
Afortunadamente las investigaciones y avances médicos han permitido encontrar formas de tratar exitosamente el cáncer de mama y de controlar su crecimiento. Pero se ha comprobado que entre más temprano se detecte, especialmente antes de que se esparza, mejores resultados puedes obtener con el tratamiento.
¡Ponte alerta! Visita a tu ginecólogo y hazte el autoexamen de los senos regularmente. Y si tienes más de 40 años, hazte una mamografía mínimo cada dos años y cada año después de los 50.
¿Quieres saber qué tan real es la amenaza del cáncer de mama para las mujeres? También conocido como cáncer del seno, actualmente es el cáncer que más nos afecta en Estados Unidos, pues 1 de cada 8 mujeres lo desarrollará en el transcurso de su vida. El aprender a conocer tus senos y estar atenta a cualquier señal de alerta, es el paso más importante para evitar que el cáncer de mama se convierta en una amenaza para ti.
Antes de comprender cómo se forma el cáncer de mama, debemos comprender cómo son nuestros senos por dentro. Éstos están compuestos por lóbulos, conductos, tejido conector grasoso, venas y vasos linfáticos. Para alimentar a nuestros bebés cuando somos madres, los lóbulos están compuestos por pequeñas glándulas mamarias (que producen la leche), las cuales están conectadas a conductos que llevan la leche hasta el pezón.
Como cualquier otro cáncer, surge cuando algunas células de tu cuerpo se alteran y empiezan a reproducirse de forma anormal y sin control. Cuando las células cancerosas se empiezan multiplicar dentro de los senos, inicialmente se forman pequeñas protuberancias o tumores que se pueden sentir a través de la piel mediante el tacto. Sin embargo, las protuberancias en los senos no siempre son cancerosas. Existen los tumores o quiste benignos y existen los tumores malignos o cancerosos. ¿Cuál es la diferencia? Mientras los quistes benignos no ponen en riesgo tu vida, los tumores malignos sí pueden ser una amenaza para tu salud y, además, pueden esparcirse a otros tejidos u órganos de tu cuerpo. Cuando descubres algún crecimiento o protuberancia extraño en uno de tus senos, es necesario hacer más estudios. A veces, sólo se puede saber qué tipo de tumor es a través de una biopsia (tomando un pedacito del tejido).
Si en efecto el tumor en tu seno es maligno, es posible que con el tiempo las células cancerosas empiecen a esparcirse a otras partes del cuerpo, ya sea a los tejidos que rodean los senos o a otros órganos del cuerpo. Esto se llama metástasis.
El riesgo de que esto suceda depende del tipo de cáncer que tengas y de dónde se haya empezado a formar. Por ejemplo, cuando hablamos de tipos, un cáncer puede ser in situ, es decir que no invade otros órganos (está en ese lugar solamente), o puede ser invasivo. Y cuando hablamos del lugar donde surge, en la mayoría de los casos el cáncer se desarrolla principalmente en las células que cubren los vasos linfáticos (carcinoma ductal) o en los lóbulos (carcinoma lobular). Aunque en algunas ocasiones, el cáncer también puede desarrollarse en otros tejidos internos del seno o simplemente ser un carcinoma inflamatorio, que no forma ningún tumor sino que son células cancerosas que tapan los vasos linfáticos de la piel.
Cuando el cáncer es invasivo, y especialmente cuando surge en los vasos linfáticos, las posibilidades de que las células cancerosas se esparzan son altas pues pueden llegar a las glándulas linfáticas fácilmente, o pueden entrar al torrente sanguíneo (a la sangre) e invadir otras partes del cuerpo como los huesos, el hígado, los pulmones y/o el cerebro.
Afortunadamente las investigaciones y avances médicos han permitido encontrar formas de tratar exitosamente el cáncer de mama y de controlar su crecimiento. Pero se ha comprobado que entre más temprano se detecte, especialmente antes de que se esparza, mejores resultados puedes obtener con el tratamiento.
¡Ponte alerta! Visita a tu ginecólogo y hazte el autoexamen de los senos regularmente. Y si tienes más de 40 años, hazte una mamografía mínimo cada dos años y cada año después de los 50.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)