jueves, 28 de agosto de 2008

Una hija agradecida: Cocó Peressón.

POEMA. Al desandar el camino en treinta años de docencia,se me venían a la conciencia "los controles de rutina",apegada al trabajo con mucha responsabilidad,no quería enfrentarme a esa otra realidad:"el cáncer" se avecinaba sin pedirme "permiso"Pero así Dios lo quiso y le estoy agradecida,por regalarme esta vida tan rica,sin desperdicios.Luego de tres cirugías "a la quimioterapia" me entregoporque me recomendó el Doctor,pero no sabía del dolor al ver caer "mis cabellos",y el buen Dios me decía: "tus cabellos están contados"...entonces dije al Señor ¡"te alabo"!porque está puesta en mí Tu mano y nada me va a ocurrirsin que Tú lo permitas, porque eres "la llavecita" que abre mi corazón.Así mi vida se tornó en canción al Hacedor Supremo,rezaba de rodillas al suelo y es por eso es que hoy confiesoque ÉL nunca nos va a daruna cruz más pesada de la que podemos cargar.Luego tuve que viajar a mil km."de mi tierra colorada"pues los rayos me esperaban para terminar el tratamiento,pero lo afirmo en todo momento que jamás me sentía sólay ÉL sabe que es cierto:de la mano de Maríamis pasos eran certeros, ni me invadía el miedo de saberme tan lejos.Estuve allá para la cuaresma, nada era coincidencia,tiempo de examina la conciencia...tiempo predilecto del cristianopes con la Biblia en mano "todo era llevadero",porque el Papá del cielo no abandona a sus hijos.Por eso es que hoy elijo darle Gloria a su Nombre,para que muchos hombres comprendanque el sufrimiento libera,que da alegría y pazporque ÉL jamás nos da la cruz más pesadade la que podemos cargar.Si ÉL soportó LA CRUZ, sin decir una palabra,¿quiénes somos nosotros, para andar protestandodel porqué de lo que nos está pasando?¡Hoy doy Gloria a su Nombre! porque la FE ayuda y anima:cura todas las heridas y nos vuelve más humanos,que no es en vano el sufrimiento, nos permite mirar adentroy lágrimas derramar, ésto es para mejorar y encender una LUZ.Quiero decite ¡GRACIAS JESÚS! por todo lo que he vivido,lo mucho que he aprendido y es por eso que hoy digo:¡GLORIA A DIOS TAMBIÉN EN LA CRUZ! Una hija agradecida: Cocó Peressón.

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