Es el cáncer más frecuente en la población femenina y sus principales factores de riesgo son inevitables: ser mujer y cumplir años. No se contagia, no hay vacunas y se hereda poco. Por esto, la detección temprana es la clave para contraatacar al cáncer de mama, que sufren cerca de 18 mil argentinas por año.
Octubre es, desde el año pasado, Mes Nacional de Concientización sobre el Cáncer de Mama, con lo cual habrá charlas y actividades para reforzar la importancia de los chequeos médicos. Las mujeres debemos adquirir el hábito de la consulta periódica al médico, una mamografía anual a partir de los 40 años y el autoexamen desde los 20. El primer paso será la visita regular al ginecólogo o mastólogo, y el examen clínico manual de los pechos. Esta prueba, que puede parecer básica, es fundamental.
A partir de los 35 o 40 años, según los antecedentes, se suma la mamografía anual. Su objetivo es llegar donde el tacto no llega. El cáncer de mama tiene distintas posibilidades de curación, según su estadio. Existe una etapa conocida como cáncer in situ que se detecta sólo con mamografía. Este tipo de tumor se cura en casi el 100% de los casos.
Conocer las propias mamas es otra recomendación de los especialistas.
Es importante recordar que los tumores mamarios, en el 90% de los casos, aparecen en mujeres sin antecedentes significativos ni factores de riesgo. Tampoco da síntomas . Por esto, la única forma de detectarlo a tiempo es realizarse los controles periódicos.
Llevar un estilo de vida saludable también ayuda. Una alimentación sana, un peso adecuado y ejercicio físico pueden contribuir a reducir la incidencia de varios tipos de cáncer, entre ellos el de mama.
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